30 enero 2015

Limícolas de Botswana... ¡y picotijeras!

Puede sonar a tópico, ¡pero los ríos de Botswana son un hervidero de aves! En la entrada anterior os hablé de las anátidas y garzas... ellas ocupan las aguas profundas, pero las orillas someras son el hogar de otro tipo de aves: los limícolas y las gaviotas:

¿Cómo no va a haber aves en un sitio así? Los atardeceres en el Chobe son algo fuera de este mundo

Para encontrar este tipo de aves hace falta bajar a su nivel... aquí me ves en el río Khwai esperando a la más hermosa de las limícolas

¡La jacana africana (Actophilornis africana)! Este joven pollo me permitió acercarme a unos 5 metros, sin hide ni historias: allí, como no se caza ni persigue a los pájaros, te dejan estar a esa distancia: ¡es un sueño hecho realidad!

Eso sí, no es buena idea acercarse mucho más al agua: ¡esas orillas son el hábitat ideal de los cocodrilos! 

Esa era un pollo, sí, pero es que los adultos son los verdaderamente bonitos... ¡fíjate que pedazo de uñas! Así les sirve para corretear entre los nenúfares sin hundirse...

¡Qué colores! Y estos animales además tienen una conducta muy original: en vez de formarse harenes de hembras, se forman harenes de machos, con los cuales se aparean unas pocas hembras. Son los padres los que cuidan exclusivamente de los pollos y los huevos, al contrario que en la mayoría de aves

-¡Ji ji, esta libélula que acabo de cazar no me la quita nadie!-

También vive a las orillas de los ríos el alcaraván acuático (Burhinus vermiculatus)

El alcaraván del Cabo (Burhinus capensis), pariente suyo, vive en las zonas más áridas... ¿lo encuentras? Se camufla bien, ¿a que sí?

¡Pero cuando despliega sus espectaculares alas negras es más fácil encontrarlo! 

El andarríos chico (Actitis hypoleucos) corretea feliz en las playas del río Chobe

Pero la más escasa y decorada de las limícolas es esta belleza, la agachadiza pintada (Rostratulata benghalenssis), fíjate qué patrones tan meticulosos en las alas

El limícola más habitual es con diferencia la avefría herrera (Vanellus armatus), con sus característicos chillidos que parecen un herrero golpeando un yunque

Se les coge mucho cariño, son tal vez el ave más aguerrida y fiera: no toleran ningún intruso en el territorio, y persiguen a otras avefrías, rapaces, mamíferos... ¡y alguna vez hasta al coche!

La avefría palustre (Vanellus crassirostris) es más escasa y tiene un aspecto mucho más raro: esa frente completamente blanca sin ninguna marca de color es única entre las limícolas de Botswana

Pero el verdadero espectáculo llegó cuando, dando un paseo en barca en el río Chobe, llegamos a Sedudu, una isla en el río donde cría un ave muy especial: ¡el picotijera (Rynchops flavirostris)!

Y estaban en plena época de cría: las playas de arena son el lugar ideal porque no hay depredadores, y la barca no les podía dar más igual... ¡estábamos rodeados de picotijeras!

Pero la verdadera belleza del picotijera se manifiesta cuando alza el vuelo... por suerte, no había obstáculos y pude hincharme a hacer fotos de vuelos, algo con lo que francamente no contaba

¡Qué gozada verlos volar! ¡Qué agiles que son! Esas larguísimas alas les permiten maniobrar a gran velocidad, pero pocas veces te pasan a nivel como aquí

Ya ves por qué les llaman picotijera: tienen la parte inferior del pico mucho más larga que la de arriba. ¿Y para qué les sirve eso? ¡Para pescar! 

Vuelan a ras de agua y meten la parte de abajo del pico en el agua... siguen volando, "rayando" el agua (de ahí su otro nombre, rayador). Ya te imaginas el resto... si toca con el pico un desafortunado pez ¡Zas! Lo cierra a toda velocidad y remonta el vuelo con su nueva comida

¡Como era una colonia, se podían fotografiar hasta dos volando en el mismo encuadre! El de primer plano seguramente sea un macho adulto (fíjate en la exagerada diferencia en el pico), y el de detrás tal vez sea una hembra o un joven (en los cuales hay menos diferencia)

Por desgracia, los picotijeras no están en su mejor momento. La pérdida de hábitat, la contaminación y la sobrepesca amenazan seriamente a este animal vulnerable

¡Pero por suerte en el Chobe siguen teniendo un hogar seguro! Aquí ves una escena idílica propia de Botswana, el picotijera viniendo con sus potentes aleteos, y detrás otra barca observando los elefantes... ¡es que es el paraíso!

Y como despedida, esta imagen para que os hagáis una idea de cómo es el hábitat del picotijera... lo que se ve es la orilla del Chobe, con sus arbustos y colinas, un lugar idílico. ¡Y por supuesto una pareja de picotijeras girando en vuelo para volver a su nido en la isla del río!

Los ríos de Botswana son un paraíso de biodiversidad, pero también son un ejemplo a seguir en conservación... todas las fotos de esta entrada habrían sido imposibles si Botswana no hubiera tomado las medidas drásticas de protección que lo hacen semejante paraíso, como la prohibición de la caza en todas sus formas. ¡Tal vez algún día aquí en España podremos decir lo mismo! Yo no pierdo la esperanza...

11 enero 2015

Botswana, paraíso de las aves acuáticas (I)

Cuando uno piensa en "África" o Botswana, piensa en grandes sabanas secas y desiertas... ¡piensa de nuevo! Gran parte del norte de Botswana está cubierto por árboles, lagunas y ríos... ¡y estas zonas húmedas son un hervidero de aves! Aquí una muestra de ello:

Un rincón idílico que siempre recordaré. Todavía no había amanecido cuando, en lo más profundo del bosque de árboles mopane, encontramos una pequeña charca: el hogar de una pareja de gansos del Nilo (Alopochen aegyptiaca). La vida de estos dos animales es un secreto casi total, viviendo en un rincón tan oculto... ¿quién dijo que no quedaba "África profunda por descubrir"?

Una cigüeña de pico abierto (Anastomus lamelligerus) en un viejo árbol caído a orillas del río Khwai. Aquí en España, para hacer una foto de un ave así, en un posadero tan fotogénico, tendrías que traerlo tú a cuestas o ir a una empresa de hides: ¡no en Botswana! Eso sí que son reservas de verdad, donde si se cae un árbol, allí se queda hasta que se descomponga! Y no hay brigadas forestales que vayan a "adecentar el monte, limpiándolo de residuos que hacen feo"

Allí todo está interconectado: un gigantesco termitero en medio de la llanura de inundación del Khwai sirve como posadero para las espátulas africanas (Platalea alba)... estas impresionantes construcciones pueden llegar a albergar 1.000.000 de termitas, y en su interior cultivan hongos que les proporcionan alimento

Woosh: un cormorán de carrizal (Microcarbo africanus) remontando el vuelo en la laguna de Xakanaxa 

El anhinga africano (Anhinga rufa) recuerda algo a los cormoranes, pero es enorme, con una amplitud alar de hasta 1,3m. Aquí ves a uno despegando en la misma laguna, con el tapiz de carrizos al atardecer de fondo 

En un paseo en barca por el río Chobe vimos un anhinga posado... acercamos la barca poco a poco para que no se espantara, y yo preparado por si fuera a volar. Sin embargo, ¡cuál fue mi sorpresa cuando llegamos a estar a 6m y nada, que no volaba! Es fácil subestimar la confianza de los animales en África, aquí en nuestro país de escopetas habría volado a los 500m. Y justo cuando íbamos a continuar... ¡flop, flop! ¡click click! ¡Lo conseguí pillar!

Las anátidas son el grupo que menos se prodiga... estos ánades de pico rojo (Anas erythrorhyncha) estaban en una lagunita de Savuti Marsh... ¿adivinas qué es esa silueta en el agua? ¡Sí, es el reflejo de una enorme jirafa!

Los sirirís cariblancos (Dendrocygna viduata) están a medio camino entre ánades y gansos. Son muy comunes y siempre es divertido jugar a hacer fotos que van más allá del típico "retrato de estudio"... una bandada que despegó a contraluz permitía resaltar las gotitas: eso sí, vaya algarabía de chillidos montaron. ¡Por algo en inglés los llaman "whistling duck", o pato silbador!

El diminuto ganso pigmeo (Nettapus auritus) sobrevuela su territorio con las primeras luces

El pato de pico nudoso (Sarkidiornis melanotos) es un animal imponente (compara el tamaño con los sirirís), y más aún cuando se empiezan a pelear. Las plumas iridescentes de las alas crean un efecto de color verde metálico precioso

Aunque entre los gansos, el que se lleva el premio es el ganso de espolón (Plectropterus gambensis), con su espolón en el ala para las peleas entre machos que le da nombre. ¡Además resulta que es una de las aves más veloces del planeta, sobrepasando los 100km/h en pleno vuelo!

Mucho más difícil de encontrar es la diminuta gallineta negra (Amauronis flavirostra), correteando entre la vegetación. No quisiera ser una gallineta en el territorio de otra en época de celo: ¡son extremadamente agresivas, y pueden llegar a matarse para defender su tramo de agua!

Uy, ¿quién anda detrás de esa gallineta? Nada menos que un ibis sagrado (Threskiornis aethiopicus)... ¡con éste no se podrá pelear, tendrá que convivir! Para los antiguos egipcios, el ibis sagrado era la personificación del dios Toth, señor de la sabiduría, la música y la literatura: la verdad que no me extraña que escogieran al ibis, desde luego transmite calma pero también inteligencia

Pariente suyo es el ibis hadada (Bostrychia hagedash). Su canto, unos quejidos lastimeros, se escucha justo antes de que despunte el sol, y resuena en todos los rincones del territorio

Aunque se parece, éste no es un ibis, sino una cigüeña de pico abierto (Anastomus lamelligerus)... su pico no se cierra al 100%, sino que tiene una abertura en la que encajar los caracoles para abrirlos. Aunque claro, era época de cría, y el pico tenía una nueva función: ¡transportar palitos al nido! Éste parece que le quedaba un poco grande, jejeje

Una garceta estriada (Butorides striata) se prepara para volar. Es un ave sorprendentemente inteligente, capaz de poner cebos a los peces para pescarlos. Además, se han observado comportamientos que nos dejan sin respuesta: en el nido, una garceta agarraba un palo y empezaba a sacudir la cabeza adelante y atrás, como una aguja de coser. ¿La razón? ¡Nadie lo sabe, pero seguro que la había!

El ave martillo (Scoppus umbretta umbretta) es un pariente de las garzas, pero es un ave como ninguna otra: construye los nidos más grandes de Botswana, con múltiples entradas. Se le asocian muchas leyendas, como la de que si intentas robar el nido de un ave martillo serás fulminado por un rayo. Seguro que eso les ha librado de algún que otro expolio: ¡como para atreverse! 

La garza real (Ardea cinerea) reflejada al atardecer. Una de las aves más cosmopolitas, ocupa casi toda África y Eurasia

Pero toda garza palidece en comparación con este gigante. La adecuadamente llamada garza Goliat (Ardea goliath) llega a medir un metro y medio, y claro, para alimentar semejante animal hacen falta presas de calibre: ¡pueden llegar a pescar peces de hasta medio metro!

El tántalo africano (Mycteria ibis) camina tranquilamente por la orilla del río Chobe según va avanzando la tarde

Y de repente, entre los tántalos y demás cigüeñas aparece esta joya: ¡el jabirú africano (Ephippiorhynchus senegalensis)! Es la cigüeña más alta del mundo, y en mi opinión, la más hermosa

El marabú africano (Leptoptilos crumeniferus) es una de las más singulares zancudas. Igual estás pensando "bff, pues qué pájaro más feo"... ¡no estoy de acuerdo! Es muy fácil juzgar la "belleza" de otras criaturas: ¿qué lo hace feo? ¿no tener plumas en la cabeza? A mi me parece un animal imponente (¡rivaliza con el cóndor andino en el ave con mayor envergadura alar!), y a su manera, bonito. Conocido como "el enterrador", espera pacientemente su turno en las carroñas, listo para devorar carne putrefacta con su potente pico

La garcilla cangrejera (Ardeola ralloides) haciendo un despliegue de alas

¡Mi mayor golpe de suerte! Esta garceta grande (Ardea alba) sobrevolaba sus dominios, con la última luz del día mientras hacíamos una salida en barca. ¡No podría haber pedido una mejor situación! La luz era preciosa, y logré congelarla en pleno vuelo... una de mis fotos favoritas del viaje 

Y para terminar la entrada, qué mejor forma que como terminan los días en Botswana: ¡con un rojo sol poniente, y todas las aves acuáticas cantando y volando libres en este paraíso!

Y todo ésto es sólo parte de las muchas aves acuáticas que vimos (en apenas 10 días allí). Todavía quedan algunas grandes estrellas, pronto la parte II, continuará...