20 abril 2014

Pequeños grandes pajarines del estanque

¡El estanque de la Casa de Campo no deja de asombrarme! Los martines siguen tímidos pero cada vez más y más activos, los mochuelos se dejan ver de vez en cuando y un atardecer llegué a identificar un rascón... ¡Toda una joya en medio de la ciudad! Uno de los problemas que amenazan este lugar es la excesiva cantidad de pan que arroja la gente (de verdad, hay días que es exagerado)... sin embargo este invierno descubrí que podría aprovechar esta gran cantidad de pan para otro uso:

En los días de lluvia de invierno, los pajaritos del estanque (como este herrerillo común, Parus caeruleus) han aprendido a acercarse a las sobras de pan... así que como veía que bajaban confiados, cogí un poco del pan que había y lo coloqué en una valla, donde puse unos palitos fotogénicos: ¡el espectáculo está listo!

Nunca tardan en bajar... lo bueno es que muchas de estas aves vienen de Europa y ya están acostumbrados a tener gente cerca sacándoles fotos: ¡estaban tan confiados que los tuve a 2 metros sin que se asustaran!

Son muchos los visitantes: este bonito macho de carbonero común (Parus major) se alimentaba del pan, pero en realidad los carboneros tienen una faceta más siniestra: en algunos lugares cuando apenas tienen comida se acercan a las cuevas de los murciélagos ¡para cazarlos y comérselos vivos! No hay que subestimar a los carboneros... y menos si eres un murciélago.

El petirrojo (Erithacus rubecula) del estanque también viene, aunque mucho más raramente. Este pajarín es el ave más querida en los jardines de Inglaterra, seguido del herrerillo

Hasta aquí eran aves "habituales" de comederos, pero lo que no esperaba era recibir la visita de otras dos especies que nunca antes había fotografiado en condiciones:

Los primeros fueron los mitos (Aegithalos caudatus), todo un mito de los comederos. Son unos pájaros con un carácter único, muy sociables y agradables: ¡cuando llegan al sitio del pan, sabes que empieza la diversión!


Por algún motivo, nunca vienen a nuestro comedero de casa (y eso que pasan delante), y aquí les esparces cuatro migas y ¡Bum! Festival de mitos 

Los mitos construyen un nido elaboradísimo (empiezan muy pronto en el año, por febrero y marzo), a base de hierbitas y plumas suyas y de otras aves: ¡a veces llegan a juntar más de 2.000 plumas!

Una de mis fotos favoritas del mito: con esos líquenes, el día nublado y el fondo verdecito, parece un bosque de lo más misterioso. Aunque eso sí, hay que ver lo inquietos que son, hacer la foto no fue nada fácil: ¡no paran quietos un segundo!


Y la otra estrella pajaril es el trepador azul (Sitta europaea). Es un ave relativamente común pero nunca había podido hacerle fotos así de cerca: ¡como puedes ver, en el estanque se disfruta de lo lindo!

Nunca antes lo había visto en la Casa de Campo, fue toda una sorpresa encontrarlos: estos también se habían aprendido el truco del pan y venían encantados: éste casi se sube a la cámara acercándose

¡No dudan en echar a todo aquel que se intente acercar! Son con diferencia los más agresivos de la zona, y tienen verdadera masa corporal para ello: parecen enormes comparados con los demás pajarines

Y están de lo más confiados. Una mañana me acerqué al estanque en un día de semana, y como no había gente, no había pan: ¡ese día les tocaba buscar los bichitos a ellos! Sin embargo se acercaban a mí igualmente escaneando cada milímetro de los troncos en busca de comida. Por suerte parece que no tienen mayor dependencia del pan y sobreviven sin problemas los días que no hay: eso sí, cuando llega el suministro... ¡fiesta para ellos! 

La mayoría de las aves suelen ampliar el agujero de su nido para criar... el trepador lo que hace es meterse en uno más grande (por ejemplo, de un pájaro carpintero) y hacer la operación contraria, cerrarlo con barro. Así consigue ahorrar tiempo y esfuerzo

Viendo esta foto, parecería que está hecha en un tronco de una zona seca y calurosa... 

¿Y ésta? ¿Un tocón en bosque lluvioso de montaña? Nop: las dos están hechas justo en el mismo sitio, pero cambiar el posadero y moverse para tener otro fondo hace que parezca que están hechas a muchos kilométros de distancia entre sí. Eso sí, no es bueno caer en la obsesión de controlar todo el "escenario"... también hay que recordar que cuanto más naturales sean y más reflejen el verdadero sitio, mejores serán las fotos: ¡y lo que cuenta de verdad es la belleza del propio pájaro!

Y para terminar, la imagen más típica de nuestro trepador azul: encaramado con gran agilidad a los troncos, trepando boca abajo con una enorme fuerza en el cuello: ¡hay que ver la energía que tienen para ser tan pequeñines!

Bueno, pues por ahora nada más: en las últimas visitas, estaban de lo más activos cantando y revoloteando: la primavera ha llegado para quedarse... y lo mejor es que todos han sobrevivido al invierno, y se están dando un festín de bichines, ya ni vienen a comer el pan ¡una buena noticia!

7 comentarios:

  1. Muy buena serie y al ladito de casa! Enhorabuena una vez más! Saludos

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    1. La verdad es que es un privilegio que esté tan cerca! Lo más curioso es lo poco conocido y apreciado que es el sitio, por el potencial que tiene, me refiero... ¡y a mí no deja de sorprenderme! Cada visita descubres algo nuevo en la Casa de Campo, eso es lo mejor
      Miguel

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  2. Miguel soy el primo de Roberto y le he estado echando un vistazo a tu blog y es espectacular! Enhorabuena!

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  3. Miguel soy el primo de Roberto y le he estado echando un vistazo a tu blog y la verdad es que es espectacular! Enhorabuena!

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  4. Miguel soy el primo de Roberto y he visto tu blog y es espectacular,si quieres pasate por mi blog para ver las fotos del Rascón

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    1. Me alegro de que te guste!!
      Ya las vi las fotos, como para perdérselas! Menuda pasada, le hiciste un reportaje de cuidado. Yo vi un rascón en el estanque muy fugazmente, nada que ver con los que pillasteis. Bueno, ¡no pierdo la esperanza de que algún día se deje ver así de bien el de aquí! Jejeje, de ilusión también se vive ;)
      Miguel

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    2. Ojalá algún día se deje ver por allí jeje, supongo que nos veremos este verano en el campamento de Vega de Horreo.Un saludo!
      Cesar

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