Este año tuvimos aún más suerte que el anterior, porque los vimos más veces (casi todos los días tuvimos un avistamiento), más cerca, y lo vimos todos (el año pasado, algunos amigos del grupo no lo llegaron a disfrutar). Además, tuve la suerte de conocer a un grupo de fotógrafos de naturaleza (incluido de quien aprendí para poner mi propio comedero, Javier Milla) que amablemente me llevaron a un comedero de pequeños paseriformes (fue estupendo estar en un sitio del cual yo había visto tantas fotos...) y pasar un rato genial: ¡gracias una vez más!
Y por supuesto, la inmejorable compañía de este grupo en el cual muchos nos hemos conocido precisamente en esos montes!
Os pongo unas fotos de esta aventura:
El buitre negro (Aegypius monachus), una rapaz en peligro de extinción que es fácil ver en Andújar
Águila imperial (Aquila adalberti)
Los visitantes del comedero de Javier Milla, un sueño hecho realidad para mí el poder estar allí:
Acentor común (Prunella modularis)
Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus)
En los arbustos de cerca del comedero
Un macho de carbonero común (Parus major)
Nunca había hecho fotos a una curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), ¡y ese día me hinché!
Me sorprendió lo confiado que estaba este petirrojo (Erithacus rubecula), comparado con los que a veces vienen al comedero de Madrid.
Y por supuesto, qué decir del espectáculo que nos dio este picogordo (Coccothraustes coccothraustes)
Entraron cuando ya creíamos que no lo iban a hacer... en cuanto vi uno en un árbol cercano, mirando el comedero... ¡bueno, no me lo podía creer!
Y, claro está, cuando se posó en la roca de musgo... qué os voy a contar
¡La cantidad de fotos que le hice!
Pero no todo son aves en Andújar...
Los ciervos (Cervus elaphus) también son muy abundantes...
Aunque lo que todos deseábamos, era sin duda...
... el lince ibérico (Lynx pardinus)
Es un privilegio poder ver al felino más amenazado en su hábitat natural...
... y actuando sin importarle nuestra presencia
¡Tanto es así, que pudimos ver como un macho intentaba cortejar a una hembra delante de nosotros!
Podéis ver que la hembra (arriba) tenía un pelaje más atigrado, mientras que el del macho era moteado
Pero a la hembra no le apetecía estar con el macho, así que le evitaba todo el rato. ¡Una vez casi se pegan un zarpazo tremendo!
En resumen, una experiencia verdaderamente inolvidable!
El hecho de poder ver linces así, confiados, tranquilos y de forma numerosa es una señal esperanzadora: estos avistamientos, que hace una década eran casi impensables, se han convertido en algo frecuente: la conservación en lugares como el PN Sierra de Andújar es el primer paso para que el lince deje de estar en la categoría de "en peligro de extinción".
Esto es todo por ahora, podéis ver un vídeo sobre nuestro viaje en https://www.youtube.com/watch?v=pplGm3TQ6dE