26 noviembre 2014

Martines pescadores de Botswana: color en los ríos

Botswana está regida por el vasto desierto del Kalahari, uno de los más impresionantes del mundo, con una superficie de 900.000km2, casi el doble que la superficie de España. Sin embargo, en este desierto existe también una red de ríos que es aún más impresionantes. Sus cientos de kilómetros de aguas son el pulmón que da vida a esta región, y para las aves los ríos no pasan desapercibidos:

Un lugar como éste, en el río Chobe, es un imán para unas aves muy particulares: los martines pescadores

A primera vista, parece un plástico azul y naranja sobre el carrizo, con el fondo del río y el bosque de galería que crece en estas fértiles orillas detrás... pero es un ave, y un ave muy especial

Se trata del martín pescador malaquita (Alcedo cristata) un diminuto habitante de este tramo del río. Como su nombre científico indica, es un pariente cercano del martín pescador euroasiático, y comparten el nombre Alcedo. Sin embargo, el malaquita tiene una cresta de plumas en la frente que le da su segundo nombre, cristata.

Pero esta pequeña criatura de apenas 14cm de largo es mucho más que un pájaro con cresta, es un certero pescador de los ríos africanos. Zambulléndose de cabeza en el agua, captura a los peces y los lleva de vuelta a su posadero. Cuando pensamos en el famoso duelo "predador-presa", no solemos imaginárnoslo a esta escala, pero desde luego que viendo al pobre pez, boqueando aterrorizando en el pico de su captor, es también una imagen dura

Pero el malaquita tiene que comer, y para eso deberá noquear al pez, golpeándolo contra la rama a gran velocidad... y menos mal, porque necesitará energía: la temporada de cría está comenzando, y los martines del Chobe están ya excavando sus nidos en la orilla vertical del río

 Aquí ves a un malaquita saliendo como un torpedo de la galería que conduce a su nido, una cámara excavada en la tierra donde nacerán sus pollitos... vista la cantidad de guano en el túnel, ya llevan un buen tiempo trabajando en el nido

¡Pero no creas que todos los martines pescadores son las aves acuáticas que conocemos! Éste alción estriado (Halcyon chelicuti) estaba en plena sabana, a kilómetros de cualquier arroyo. Ha sustituido la dieta de peces por una de insectos: alimentándose de saltamontes y otros artrópodos en el suelo, elimina la dependencia del agua. En vez de excavar su nido, reutiliza nidos abandonados de barbets o pájaros carpinteros... ¡un martín muy original!

 Sin embargo, para encontrar al martín pescador africano por definición, sí que hay que volver a los ríos y lagunas. Porque es en sitios como esta hermosa y gigantesca (casi 2km de largo) laguna de Xakanaxa donde habita el martín pescador pío

Con un tamaño mucho mayor que el malaquita o que el europeo, el martín pío (Ceryle rudis) es un regalo para la vista. Sus patrones blanco y negro, su potente pico y carácter confiado lo convierten en un objetivo ideal. Este macho acababa de capturar un pez con las últimas luces del día en Moremi

Éste otro estaba haciendo su ronda diaria al amanecer, y estaba vigilando el termitero donde habían excavado el nido. Si quieres diferenciar machos de hembras es muy fácil: los machos tienen dos franjas negras en el cuello, mientras que las hembras sólo retienen la superior


El martín pío es un maestro en el arte de cernirse: durante minutos pueden quedarse suspendidos en el aire con la cabeza completamente fija a la espera de algún incauto pececillo... ¡pero en esta laguna del río Khwai, a un martín en pleno "cernimiento" se le coló un espontáneo en medio de la trayectoria!

No siempre tienen éxito: una hembra emerge de un intento fallido... sólo aciertan entre el 9 y el 50% de las veces

Andaba yo pensando que me parecía estar viendo más machos (como éste) que hembras, y buscando en Internet resulta que no es casualidad: ¡un 80% de los martines píos son machos! Lejos de una anomalía, ésto es un mecanismo que permite que haya más ayudantes para asistir en la cría

 Su inteligencia y percepción del entorno son impresionantes: se sabe que ven con gran detalle en color, y tienen complejos mecanismos de protección. Uno de ellos es el hecho de que el 80% de los túneles que excavan son falsos: no tienen pollos, sino que están diseñados exclusivamente a distraer a los depredadores. ¡Una prueba de que detrás de esas plumas blancas y negras se halla una profunda inteligencia!

Además, existen indicios de que se asocian con las nutrias de mejilla blanca en una relación de comensalismo

Una foto curiosa que demuestra que el verdadero disfrute de observar estos martines es comprobar que forman parte de un ecosistema completo con todos sus niveles: ¡y es que en el Botswana un animal nunca anda lejos de otro!

 Y para terminar esta entrada, el más espectacular de todos... un gigante entre los martines que alcanza casi medio metro: ¡el martín gigante (Megaceryle maxima)!

Yo dudaba de que lo fuéramos a ver: ¡y vaya que si lo vimos! A plena luz, a sólo 4m de la barca tan tranquilo en su roca... yo no me atrevía a quitarme el visor de la cámara del ojo, disparaba ráfagas como loco pero era algo increíble

Según la barca avanzaba, íbamos dando la vuelta a su roca y teníamos todos los posibles ángulos... yo pensé que volaría en cualquier segundo, ¡pero no! Yo había infravalorado la confianza de los animales en este país, como no se les daña, no tienen por qué temernos. Pero al cabo de un minuto, empezó a recolocarse como si fuera a volar...

Fue aquí cuando las cosas empezaron a pasar demasiado rápido... vi que despegaba, pero no tenía ni la cámara bien sujeta. Tampoco sabía si tenía puesta una velocidad de disparo alta, pero pulsé el botón... mi ojo solo veía una forma clara a través del visor interrumpida por las obturaciones de la cámara. Cuando comprobé la secuencia... buf. ¡Me quedé sin palabras! Había conseguido la foto, de pura casualidad! Normalmente estas fotos me salen con el pico cortado, o el foco al fondo, o movidas... pero esta vez había sonado la flauta

 La foto en cuestión del despegue de mi martín favorito, con las uñas justo levantándose del suelo

 Seguí disparando mientras avanzaba en su vuelo, aquí puedes apreciar su forma aerodinámica ideal para el vuelo

 Y de repente, extendió las alas como unos alerones y frenó elegantemente


Y -¡Zuup!- Se posó en su nueva roca poniendo fin a esta secuencia de fotos de vuelo que nunca olvidaré

Y allí se quedó nuestro amigo el macho de martín pescador gigante, continuando su vida en este paraíso de los martines que es Botswana

Pensé que nunca más volvería a saber más de este martín gigante que tan feliz me hizo, pero sin embargo un mes y pico después de nuestro viaje, un amigo visitó también Botswana. Hicieron la misma ruta, y me mandó algunas fotos... en una de ellas aparecía un martín gigante en un ambiente idéntico, y se me ocurrió una idea: ¿y si fuera el mismo? Sabía que era casi imposible, pero hice zoom en la foto de mi amigo y lo comparé con las mías. Tras unos minutos de comparar en el ordenador, no había duda: ¡era exactamente la misma roca, con los mismos pliegues y formas! Y por lo tanto el martín era el mismo: allí seguía este imponente martín, ¡y seguramente allí sigue!