25 junio 2015

¡Milanos a miles!

-¡Pii, pii, piii!- eran poco más de las 4 de la mañana y ya estaba sonando el despertador: ¡había llegado el día! Y es que esa mañana tenía reservada una plaza en el hide de carroñeras de Sierra Carpetania, en el valle del Lozoya. ¿Habría suerte? ¿Qué vería? ¡Qué nervios!

Y así comenzó el gran día, en las carreteras del Lozoya de noche cerrada todavía... qué extraño era verlas 100% vacías

Ya en Gargantilla del Lozoya, mi amigo Omar me llevó hasta el cerro donde tenían el hide. Subiendo por esas enormes laderas de robles, yo pensaba a cada curva "¿será ya aquí? Jo, todavía no. ¿Y aquí?"
Y por fin llegamos al cerro del hide. Mmm... ¿cómo definir el sitio? ¡sencillamente brutal!
Con un profundo valle a cada lado, el cerro es un mirador privilegiado, con Peñalara al fondo y pequeños árboles en la ladera entre las grandes losas de piedras con liquen.
Colocamos la carroña y cuando empezó a clarear el horizonte me metí en el hide: ¡iba a empezar lo bueno! 

¡Bum! 
Lo bueno no se hizo esperar... apenas había despuntado el sol cuando el primer milano real (Milvus milvus) bajó al cerro. Fíjate qué escenario idílico, con la vegetación de alta montaña, las formaciones de roca detrás y como fondo las laderas del Sistema Central. ¡Y por supuesto el milano en primer plano! No me extraña que tenga fama de ser el hide con mejor ambiente de la península

Seguía subiendo el sol poco a poco, y de repente se posó éste a 4 metros... ¡era el milano negro (Milvus migrans)! 
Ver a estas rapaces a esta distancia es más que una oportunidad fotográfica: es una experiencia en la naturaleza de primer orden. ¡A partir de ésto no los vuelves a ver de la misma manera!

Yo esperaba hacer fotos de los milanos posados: lo que no imaginaba era que fueran a estar haciendo pasadas constantes ¡y que fueran tan fotogénicas! 
Aquí ves al milano negro en una rasante sobre la cumbre al amanecer. Son los "aprovechados" del mundo de los milanos: mucho más oportunistas y adaptables que el real. ¿Que hay un río con peces comestibles? Se vuelven pescadores. ¿Que hay un pájaro tejedor con un nido colgante? Se llevan el nido entero para abrirlo y sacar los huevos ¿Que viene el invierno y se complica la caza? ¡Migración de 5.000 km al canto! 
Viajan hasta África, y allí sí que se vuelven descarados del todo - forman bandos de hasta centenares ¡capaces de lanzarse a quitarle un sandwich de la mano a un turista descuidado!

También son un poco más "chapuzas" que los reales... todos los milanos añaden al nido plásticos de colores para "señalizarlos" y ahuyentar a otros, pero en un nido de negro se encontraron los restos de un nido de jilguero aplastado: ¡debía estar cansado de construir y se trajo uno de jilguero para tapar un hueco y acolchar!

El real es por contrapartida, el milano elegante y sofisticado. Sus virguerías en el aire les permiten maniobrar a la perfección tras cualquier escurridizo roedor en el suelo. Lo que no me imaginaba era que el 50% de su dieta se basa en insectos. ¡Pero que no sean tan adaptables no significa que sean tontos! Es más grande y potente que los bulliciosos milanos negros: cuando éstos han cogido un trozo de carroña, el real que estaba vigilando se lanza en picado a quitárselo... ¡el milano negro ni se molesta en resistirse a este bicharraco!

Y por supuesto los reales también son una delicia de fotografiar en vuelo

¡Woosh! ¡Giro en pleno vuelo e iniciando picado! ¿Reconoces esa montaña del fondo? Nada menos que la cima más alta de Madrid: ¡Peñalara, por supuesto! 

Con la inteligencia de estas rapaces, no me cabe duda de que disfrutan profundamente con esas maniobras: sintiendo el viento en las plumas, el suelo acercándose más y más, percibiendo cada detalle alrededor... ¡uf, debe ser bonito ser un milano en esos momentos!
Un milano negro va a iniciar una nueva zambullida: primero debe fijar la trayectoria y lanzarse hacia el objetivo...

Las últimas maniobras son las más delicadas, pero por suerte estos viejos milanos tienen años de experiencia: ¡la media de edad es de 22 años! Algún milano de estos podría ser tan longevo como para tener 25, lo que dadas sus migraciones anuales equivaldría a haber recorrido 50 veces la distancia de Europa a África central. Casi nada...

Éste es el instante crítico: milésimas antes del impacto, el milano no está desplegando del todo las alas... manteniendo esta postura aerodinámica consigue una velocidad impresionante (¡fíjate cómo las plumas de las patas se le vuelan hacia atrás)... un cazador implacable

El 90% de las veces la maniobra termina sin posarse: agarra un trozo de comida y remonta en un vuelo rasante con unos aleteos potentísimos... imagínate la energía que tendrá que tener para poder ganar altura desde ahí sin chocarse contra las piedras

Cuando uno decide quedarse en el suelo, el efecto contagio es inmediato. Una lluvia de milanos cae del cielo y en 10 segundos pasa de no haber ninguno a estar una docena correteando por el suelo. Una sorpresa similar se debieron llevar los nativos australianos cuando vieron cómo los milanos llegaban inmediatamente a los incendios a comerse los bichos que salían huyendo. ¡Eran tan rápidos que los nativos pensaban que eran los milanos quienes causaban los incendios! ¡Creían que cogían briznas de hierba en llamas y las dispersaban para prender nuevas zonas!

¿Y cómo es que hay milano negros en Australia?, pensaba yo... resulta que sí, llegan hasta Australia y toda Eurasia y África. ¡Es la rapaz más distribuida y abundante del planeta! Existen nada menos que 7 subespecies, siendo la que tenemos aquí la migrans migrans.

¡Qué gusto da verlos volar! Las primeras veces les tiraba ráfagas como el demonio, pero cuando vi que tenía varias fotos aseguradas, aparté la cámara y me limité a verlos maniobrar... ¡ahora sí que disfrutaba más aún! En inglés el milano se llama kite, como "cometa": ¡ya te imaginas por qué! Realmente flotan en el aire... y es que es sorprendente que a pesar de medir casi 2 metros de envergadura, estos reales pesan menos de 1 kg

Y para terminar, la secuencia de aterrizaje que más me gustó de la mañana: 
Paso 1: aproximación y fijación del rumbo...

Paso 2: Despliegue de cola y de alas, listo para el aterrizaj... ¡eh! ¿qué es eso? ¡Quita de ahí, milano negro, que me estorbas!

Paso 3: ¡Garras extendidas y aterrizaje efectivo después de todo! 

¡Y todo ello en un escenario inmejorable como puedes ver! Pero claro, tanta actividad no pasa desapercibida en estas montañas del Lozoya, y todavía quedan animales por venir a visitar el cerro: continuará en la siguiente entrada...
Está claro que más que una sesión de hide, fue una lección - una lección de la elegancia de las aves, de su inteligencia y de su belleza: ¡una lección de milanos!