¡Vaya atraso llevo con el blog! Están siendo unos meses locos, pero no pasa un día en que no dedique algún ratillo a revisar algunas fotos del viaje a Botswana... ¡cada día abro alguna carpeta distinta y cada día me sorprendo de la impresionante biodiversidad del Delta del Okavango!
Pero el Delta no solo es agua: en este ecosistema, también son fundamentales las zonas áridas. ¡Y es que al fin y al cabo no deja de ser el desierto del Kalahari! Estas sabanas son el hogar de los gigantes
entre las aves... ¡los sisones y las avutardas!
Pero nadie dijo que fuera fácil encontrarlos... las altas hierbas los camuflan a la perfección. Lo bueno de buscarlas en Botswana es que sabes que, aunque te vean, no van a salir huyendo... ¡si encuentras un sisón, tienes entretenimiento para largo!
Pero aunque los bichos suelen estar confiados, ¡lo de este sisón negro (Eupodotis afraoides) al atardecer no tenía nombre! Durante un cuarto de hora se paseó a 15 metros de nuestro coche al atardecer. Es algo más grande que el sisón europeo, pero muy poco se sabe de su vida... ¡queda todo por descubrir!
Pero si el sisón ya me pareció impresionante, el verdadero gigante de la sabana lo encontramos en un remoto rincón de la reserva de Moremi, cerca de la charca de la entrada anterior...
Estoy hablando por supuesto de la gran avutarda de Kori (Ardeotis kori), que, como puedes ver, no tiene mal gusto a la hora de elegir su hogar, jeje
...y claro, con ese tamaño, no hacía falta que se pusiera muy cerca para salir bien en la foto (¡y sin embargo, se puso!). ¡Y es que esta avutarda es el animal volador más pesado del mundo!
¡Se han citado avutardas de 20 kg! Nosotros tuvimos la ocasión de verlas volando 2 veces, pero no conseguí pillarlas en foto... la imagen de ver a semejante monstruo batiendo esas increíbles alas le deja a uno sin palabras
Con ese tamaño, uno tiende a pensar que una avutarda de Kori es intocable, pero en la sabana nunca se está a salvo, y se han visto casos de avutardas cazadas por el águila marcial... ¡sin duda, en el Delta nunca sabes qué puede pasar!
Y para terminar esta breve entrada, una última foto de nuestro querido sisón negro: una delicia para el sensor de la cámara y para la retina del bichero
Esperemos que la conservación en los parques de Botswana siga su buen rumbo y las avutardas y sisones puedan seguir dando vida a las sabanas más áridas... donde parece que no hay nada - ¡y hay de todo!