En esta segunda parte de los monográficos abejaruquiles voy a poner algunas fotos de otro de los que pudimos ver (aunque se resistió muchísimo): el abejaruco de frente blanca.
Chobe Riverfront, Serondela |
Este es el hábitat donde esperábamos ver al abejaruco, las llanuras del río Chobe, donde hay algunas colonias y es relativamente fácil de ver... ¡no vimos ni uno!
Zambezi River, Zimbabwe |
Cuando salimos de Botswana para entrar en Zimbabwe, ya los daba por perdidos... y sin embargo fue aquí, en las orillas del río Zambezi, donde pude disfrutar por primera vez en mi vida de este increíble animal
Zambezi River, Zimbabwe - Merops bullockoides colony |
Esta es la orilla del Zambezi (el guía nos dijo que era la zona de la isla de Kalunda) donde estaba asentada una colonia de unas cuantas parejas de abejaruco de frente blanca: ¡cuando pasamos por delante y los vi posados en los arbustos, no me lo podía creer! Por fin los habíamos encontrado. La orilla opuesta ya es el país de Zambia
Merops bullockoides - Kalunda Island area, Zambezi River |
La primera visión que tuvimos del abejaruco de frente blanca (Merops bullockoides): ¡todo un shock! Esta preciosa ave es en realidad mucho más de lo que aparenta: una de las más estudiadas y sorprendentes: tienen uno de los sistemas sociales más complejos de todas las aves
Merops bullockoides - Kalunda Island area, Zambezi River |
Anidan en colonias (que suelen cambiar frecuentemente) de un promedio de más de 100 parejas, y se ha comprobado que reconocen a su pareja, familiares, amigos... los grupos de familias son de hasta 17, y puede llegar a haber individuos de 4 generaciones distintas... pero lo más llamativo es que el 60% de las parejas tienen ayudantes
Merops bullockoides - Kalunda Island area, Zambezi River |
La cría colonial con ayudantes no es rara en las aves, pero lo que verdaderamente caracteriza a los abejarucos de frente blanca es el porqué hay ayudantes: en otras aves suelen ser pollos que todavía no pueden tener su propia familia y ayudan a padres, tíos... ¡Sin embargo, muchos ayudantes de frente blanca son adultos! Ellos mismos podrían tener pollos, pero deciden sacrificarse para ayudar a sus familiares
Merops bullockoides - Kalunda Island area, Zambezi River |
Gracias a ayudar de forma altruista a su familia, consiguen aumentar el éxito reproductivo y por lo tanto, perpetuar sus genes, que es en realidad el fin de la reproducción.
Y los abejarucos de frente blanca no son los primeros en convertirse en un referente de inteligencia en aves: el abejaruco esmeralda (Merops orientallis) es el único animal aparte de los grandes simios que ha demostrado ser capaz de extrapolar lo que ven otros: si ve un depredador, puede pensar qué es lo que está viendo el depredador: ¡la base de la empatía! Desde luego los abejarucos son mucho más de lo que creemos
Merops bullockoides - Kalunda Island area, Zambezi River |
Nuestro racismo zoológico nos hace discriminar a los "animales menores" como las aves, al pensar que no tienen la complejidad de los humanos: pues bien, ¡ya podríamos aprender de los abejarucos! Estoy seguro de que estas aves tienen unos profundos sentimientos de amistad, empatía y cariño mucho más desarrollados de lo que se cree
Merops bullockoides - Kalunda Island area, Zambezi River |
Además ayudan a mantener la biodiversidad excavando sus túneles. Al remover la tierra para cavar las galerías, permiten que florezcan una gran cantidad de organismos
Merops bullockoides - Kalunda Island area, Zambezi River |
Pueden llegar a vivir hasta 7 años, y (por desgracia) son a veces capturados para mantenerlos en cautividad... estoy seguro de que se disfruta mucho más viéndolos libres en su medio que atrapados en una jaula: esperemos que la gente se de cuenta de lo cruel que es. Además, debe ser complicado alimentarles: ¡estando salvajes, hacen 300 sesiones de caza al día!
Merops bullockoides - Kalunda Island area |
Y desde luego que son eficaces: aquí puedes ver todas las capturas que hicieron en los 10 minutos que estuvimos viéndolos: ¡tenían de todo!
Merops bullockoides - Kalunda Island area |
En un momento vi que uno se dejaba caer hacia el río... ¡y para mi sorpresa, se daba una pequeña zambullida! Salía y volvía a repetir la maniobra: no tenía ni idea de por qué sería... Mirando información he descubierto que la forma que tienen de bañarse y limpiarse las plumas
Todas estas fotos eran algo lejillos y con mala luz: era genial para ser la primera vez que los veía, pero les faltaba algo... y entonces uno se posó en el posadero perfecto, con la luz perfecta y un bonito fondo suave: ¡qué más podía querer!
Merops bullockoides - Kalunda Island area, Zambezi River |
¡Era increíble! Ahora sí que podía disfrutar de todo su colorido y su belleza como abejaruco que es... ¡en mi opinión, a la foto no le falta de nada! Como fan de los abejarucos, esto es un privilegio como ningún otro. ¡Arghh, es que son preciosos!
Merops bullockoides - Kalunda Island area, Zambezi River |
Y ahí se quedó nuestra colonia de abejarucos de frente blanca... ¡sólo habían sido 10 minutillos, pero seguro que tardaré mucho en olvidarlos!
Esto es todo por ahora... entre el de cola de golondrina y éste yo estaba que no me lo creía, pero todavía nos quedaban muchas más alegrías abejaruquiles... Más en el próximo post
Una maravilla de blog, Miguel!!! Hace una semana he coincidido en Arbejal con un conocido tuyo de Quintanar de la Sierra que me recomendó tu blog y me habló de tu pasión por los abejarucos. También me contaba cómo andabas detrás de los camachuelos que a él mismo le entraban en el jardín en invierno a picar los brotes de los ciruelos japoneses. Ya he comprobado que por fin los pudiste inmortalizar, aunque fuera por las vascongadas! Espero coincidir algún día contigo de campeo por el sureste madrileño ;)
ResponderEliminar¡Me alegro de que te guste! Es cierto, los abejarucos son mi debilidad, jejeje. La verdad es que fue una suerte encontrarse con los camachuelos, fue breve pero memorable! Seguro que algún día coincidimos, el Parque del Sureste es toda una joya y todos acabamos yendo para allá antes o después, jejeje
EliminarUn saludo,
Miguel