Este bonito verderón (Chloris chloris) había instalado su nido en este seto
Los herrerillos capuchinos nos visitan en el comedero en invierno, pero éste lo encontramos una mañana en la Casa de Campo. Tuvimos mucha suerte porque la luz, el ambiente y la distancia no tenían nada que envidiar a un hide: ¡y era 100% natural!
Esta garza imperial (Ardea purpurea) sobrevolaba las lagunas del Parque del Sureste al atardecer
El pequeño agateador común (Certhia brachydactyla) no para quieto un segundo, y lo podrás encontrar en los sotos de la Casa de Campo: ¡eso sí, verlo bien ya es otra historia! Siempre que me acerco, vuelan al siguiente árbol y se esconden del otro lado del tronco
Es en estos arroyos de la Casa de Campo donde bajan a beber las aves en verano, como este bonito gorrión común (Passer domesticus)
Lo que fue una sorpresa increíble fue ver que había otro visitante que quería bajar al arroyo. ¿Lo reconoces? ¡Sí, es un pollo de picogordo (Coccothraustes coccothraustes)! Yo estaba asombrado, qué suerte poder ver este animal en tan buenas condiciones, que rara vez se deja observar.
Los picogordos experimentan un gran cambio de plumaje según crecen, tanto que parecen especies distintas: menos mal que aquí posaron para la comparación. A la izquierda el pollo, y arriba a la derecha, un precioso macho adulto
También en la Casa de Campo abundan las rapaces, como este elegante cernícalo común (Falco tinnunculus)
Las rapaces nocturnas son por defecto, pues eso, nocturnas: ¡pero no era el caso con este mochuelo (Athene noctua)! Gritaba a pleno pulmón porque su vecino estaba también reclamando el territorio.
Como tenía otros problemas de los que preocuparse, no le importó mi presencia, así que pude tomarme la libertad de recolocarme bajo el árbol para tener diferentes luces y fondos. Aquí ves un contraluz bastante extremo, pero resalta la silueta del mochuelo y le da un aspecto más "misterioso"
La primavera llegó a todas partes, y la familia de alcaudones reales (Lanius excubitor) que pudimos seguir el año pasado han conseguido sacar una nueva nidada de tres o cuatro pollitos. No os imagináis la alegría que me hizo verlos, no estábamos seguros de si andarían por la zona y de repente resulta que habían sacado adelante toda una generación
Por suerte ya han superado la etapa crítica de recién salidos del nido, pero todavía eran vulnerables... por eso cuando se encuentran pollos así no hay que quedarse mucho tiempo, solamente sacarles un par de fotos y alejarse
Pero lo más tranquilizador es que ya podían volar de unos arbustos a otros. Cada vez que dábamos un paseo por esa ladera siempre estaban por ahí revoloteando, pero cuando entró el verano desaparecieron como siempre hacen, me imagino que para irse a sus demás cazaderos: ojalá salgan adelante todos, desde luego se lo merecen
Pero los pollitos por excelencia de esta primavera han sido los de los carboneros (Parus major) que nos visitan en el comedero de casa. Pero no solo les ceban con la comida que les ponemos, no: este carbonero vio cómo un insectito volaba por los aires y no se lo pensó dos veces
¡El pobre bichito acabó sus días en la tripa del pollo de carbonero!
Una preciosa escena... ¡que pude ver desde la ventana en plena ciudad de Madrid! Muchas veces no somos conscientes de la cantidad de biodiversidad que tenemos en nuestra propia casa
Y gracias al esfuerzo combinado de los dos padres carbonero, este pollito y sus hermanos sobrevivieron para independizarse
Los herrerillos también habían sacado un par de pollos que crecieron muy rápido
Pero lo más impresionante fue ver este momento que jamás olvidaré... estaba en la Casa de Campo observando a la familia de martines (Alcedo atthis), y estaba grabando unos vídeos cuando de repente me doy cuenta que no hay uno, ¡¡sino dos!! Le di a grabar y estaba tan sorprendido de lo que estaba viendo que tuve que reprimir reírme de la emoción: "no es posible, no es posible. ¡Un apareamiento de martines!" De hecho recuerdo que según volvía a casa comprobaba una y otra vez si el vídeo seguía ahí, era absurdo pero es que estaba que no me lo creía
Ver algo así en la naturaleza es un privilegio que raras veces ocurre, y que desde luego yo no contaba con presenciar, entre otras cosas por lo fugaces que son los apareamientos de estos animales: no más de 15 segundos y se acaba, por eso me sentía tan afortunado. ¡Y más raro aún es presenciar esto en plena Casa de Campo y en pleno junio, cuando ya han sacado nidadas antes!
Pero no fue el único momento emotivo que pude grabar en vídeo: una pareja de pitos verdes (Picus viridis) había criado a sus pollos en este agujero, y tuve la gran suerte de grabar un momento único: el padre (arriba a la izquierda) vino a cebar a los pollos, que asomaban la cabeza para pedir. Pero uno de ellos no había tenido suficiente y pedía más y más... ¡hasta que salió completamente del nido! Sus hermanos le empezaron a picar para que desalojara espacio, y el pollo trepó por el árbol para perseguir al padre en busca de más comida
Esta abubilla crió justo al lado de los pitos verdes en un antiguo agujero, pero eso ya es demasiado para esta entrada, espero dedicarle alguna en profundidad a ellas porque fue inolvidable
Bueno, a ellas y al verdadero señor de la Casa de Campo, el pico picapinos (Dendrocopos major). Esta es solo una de las miles de fotos que les he sacado, he podido seguir toda su vida desde que pusieron los huevos en su nido hasta el día en que los pollos salieron y se adueñaron de todo el pinar... ¡¡de verdad, me cambió por completo la manera en la que veo a estos animales!!
Y para cambiar de tercio, aquí os presento a un grillo-topo (Grillotalpa grillotalpa) que se intentaba esconder bajo tierra. Son animales que, como su nombre indica, tienen hábitos subterráneos de topo y unas palas para excavar profundas galerías
Mosca con colores de avispa que no he sabido identificar. Subiendo la velocidad de disparo a 1/8.000 segundos conseguí congelarla en vuelo: toda una joya en miniatura esta mosca
El mundo de las libélulas también es apasionante: esta es del género Orthetrum
Y ésta otra es la espectacular Anax imperator, la libélula emperador... estaba revoloteando en una charca como si quisiera poner los huevos, así que cogí un palo de por ahí, lo dejé en la superficie y...¡voilá! A los 10 segundos allí estaba, posando a 3m
Y para terminar, este brillante lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi) que encontramos en las montañas asturianas
¡Menuda mirada! ¡Parece un velocirraptor, aunque dudo que esos tuvieran colores tan extravagantes como éste lagarto!
Y de momento nada más, ahora queda por ver qué más nos tiene preparado este 2014
Gracias por tu comentario.. Que de pollos has fotografiado. Los de Picogordo son preciosos y el lagarto Vedinegro espectacular. Un saludito
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, desde luego ha sido una primavera de pollos como ninguna otra! ¡El año que viene tocará volverlos a ver pero ya como adultos!
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