16 febrero 2015

Pequeñas (¡sólo en tamaño!) aves de Botswana

Aunque la vista se nos suele ir a las más espectaculares rapaces (o no digamos ya mamíferos, esos son otra historia...), en Botswana existen esas infinitas especies de pequeños pajarines a las que la mayoría de visitantes no suele hacer mucho caso, pero que siempre están allí y son tan interesantes como todas las demás:

Amanece un nuevo día en Botswana...

...y las siluetas de los primeros pájaros se recortan contra el cielo

¿Quién anda ahí?, parece preguntar el alcaudón pío (Urolestes melanoleucus) que asoma entre dos ramitas mientras poco a poco la mañana va comenzando

¡Y cuando el sol sube por completo en el delta del Okavango, comienza el espectáculo! El sistema de canales, arroyos y charcas es el hogar de cientos de pequeños pajarines

Precisamente en una de esas charcha encontramos este groundscraper thrush (Psophocichla litsitsirupa), un confiado zorzal que se acercó a curiosear. Me tumbé en el suelo para fotografiarlo a ras, pero me di cuenta que una foto así no reflejaba lo más bonito de la situación, el paisaje. Así que le puse el mínimo zoom y... 

...¡voilá! Ahora sí que tenía la foto del zorzal con la gran charca detrás y el bosque de mopane al fondo. No parece un mal sitio para un zorzal para vivir, ¿verdad?

En los árboles huecos suena el tamborileo de un pájaro carpintero único: el pico namaqua (Dendropicos namaquus) con su curiosa cresta. Viendo que estaba picando el tronco, me acerqué despacito hasta la base del árbol y pegué la oreja del árbol... esperé a que volviera a picar y ¡buf! ¡Cómo atronaba!


También por la mañana encontramos a esta tórtola de Namaqua (Oena capensis) posada en los espinosos arbustos de esta región del Kalahari

De todas las tórtolas de Botswana, la más hermosa tiene que ser la tórtola de motas esmeralda (Turtur chalcospilos)
La más común es sin duda la tórtola del Cabo (Streptopelia capicola), con su característico canto que siempre ponen en los documentales de África. Se dice que su arrullo parece estar diciendo en inglés "Woork haarder, work harder!!", o sea, "¡¡trabaja más, trabaja máaas!!"

Este encuentro sí que iba a ser especial: estas dos tórtolas eran dos machos en plena disputa territorial

¡Y con toda la fuerza del mundo, aleteaban y se empujaban intentando derribarse!

Una ocasión fotográfica excepcional que nos recuerda que las aves más comunes pueden ser lás más fotogénicas


Mucho más tímidos son los alcaudones de cresta blanca (Prionops plumatus)

Los tejedores de cejas blancas (Ploceopasser mahali) son unos pequeños pajarillos muy sociables que construyen unos nidos espectaculares, "tejiendo" con el pico cientos de hebras en el extremo de las ramas más finas

Los Hartlaub´s babblers (Turdoides hartlaubii) corretean en pequeños grupos: los turdoides son tal vez los más inteligentes de los pajarillos de Botswana. De hecho, existe un proyecto científico dedicado exclusivamente al estudio del turdoide pío: http://www.babbler-research.com/

El picabueyes de pico rojo (Buphagus erythrorhynchus) vive a cuestas de los grandes mamíferos, alimentándose de los parásitos que les extrae

¡Y en Botswana también hay carboneros! Son mucho más escasos y este carbonero negro (Parus niger) fue el único que llegamos a ver. Fue una lástima no verlo mejor o más cerca, pero para mí como gran amante de los carboneros ibéricos, fue emocionante

En un bosque de árboles mopane infinito, de repente vimos volar a esta tarabilla de Arnot (Myrmecocichla arnotti). Se posó en esta rama, y nosotros tan contentos de poder fotografiarla... pero nos extrañaba que no se moviera de ahí. ¿Qué le pasaría? La respuesta vino cuando de un saltito...

...¡se metió en el nido! En ese viejísimo árbol en lo más remoto de África, tenía su hogar la hermosa tarabilla. Allí la dejamos, pero fue un encuentro que nunca olvidaré: ¡siendo una zona por la que los coches pasan de largo y siendo un ave tan discreta, tal vez nadie vuelva a ver este individuo!

Y sorprendentemente en África también hay loros. De hecho, el loro de Meyer (Poicephalus meyeri) es una de las aves más frencuentes, y de las más bonitas. Y cuando la luz del amanecer les pega directamente como aquí, su plumaje es un espectáculo para la vista

Y cuando este loro se posó en ese tronquito en la orilla del río Khwai, con la luz en el lado justo y el fondo homogéneo... buf, parecía un cuadro pintado aposta

Y el día termina igual que empezó: con el alcaudón pío haciendo su ronda por su territorio mientras el sol se pone en la naturaleza más inalterada de África

Y hasta aquí la primera entrada sobre "pequeñas" aves, pero no será la última: ¡continuará!

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